Dame cultura y llámame friki. Así
podrían titularse mis memorias si tuviera una vida lo
suficientemente interesante como para rellenar hojas y hojas con mis
aventuras y desventuras. E incluso llegar a la soñada adaptación
cinematográfica. Pero dejemos de crear castillos volátiles y
continuemos con la relación de amor-amor presente entre la
literatura y la música. A menudo se habla de adaptaciones
cinematográficas de novelas, obras de teatro o libros de poesía
pero extrañamente se comenta de la existencia de adaptaciones
musicales y tan sólo gustamos de mirar los folletos operísticos de
obras clásicas como Carmen, Don Quixote
o el (bendito) cancionero de Lorca. Sin embargo, la música
actual también vive de esas influencias y no son pocos los ejemplos
que nos hemos encontrado durante el camino.
Por ejemplo, esta locura transitoria
hacia telarañas ir(reales) creadas entre diferentes disciplinas
culturales me hizo leer Tokyo ya no nos quiere,
celebérrima novela de Ray Loriga. ¿La razón? Comparte
título con una de las primeras canciones de Lori Meyers y,
tonta de mí, creía hallar todo un descubrimiento gracias a la
bondad del grupo granadino. Simplemente se trataba de un ejercicio
estético: la apropiación de un título perfecto. Continuando con la
misma formación, mi cabezonería tuvo sus frutos gracias a Hostal
Pimodán, disco en el que hacen un guiño tanto al hotel
parisino en el que se hospedaba la bohemia de mediados del siglo XIX
como a los códigos de Charles Baudelaire en una actualización
de Las flores del mal.
Si continuamos con la música española
de las últimas décadas, no podemos olvidarnos de una de las
canciones más conocidas de la década de los ochenta: 'Lobo
hombre en París' de La Unión. El tema formó parte de
Mil siluetas, disco publicado en el año 1984, y está
inspirado en El lobo-hombre, cuento publicado por Boris
Vian casi cuarenta años atrás.
La figura de Edgar Allan Poe es
alargada y, terriblemente, inspiradora. Tanto que encontramos dos
ejemplos de su influencia en dos bandas totalmente dispares. Por un
lado aparece Radio Futura, quienes publicaron en 1987 su álbum
La canción de Juan Perro, donde se encontraba el tema
'Annabel Lee',
traducción realizada por Santiago Auserón del poema homónimo del
escritor estadounidense. Por la otra parte, en 1976, The Alan
Parsons Project tuvieron su debut cinematográfico con Tales
of Mystery and Imagination, un disco basado en sus
narraciones fantásticas, como 'The
Raven', en donde aparece Orson Welles como
narrador. Poe no será la única presencia literaria que se presente
en sus discos ya que tan sólo un año después será Isaac Asimov
quien dará título a su siguiente álbum, I, Robot.
Por último, cabe destacar la labor
comunicado de YES, también británicos, quienes invitan a su
música a varios de los literatos más interesantes de toda la
historia como Tolstoi y su Guerra y Paz ('The
Gates of the Delirium'), William Blake y su poema 'Satanic
Mills' ('Machine
Messiah') o Lewis Carroll y Alicia en
el país de las maravillas ('We
Have Heaven').