FICHA:
Título: Cluny Brown
Autora: Margery Sharp
Editorial: Hoja de Lata
Número de páginas: 280 páginas
Sinopsis:
Año 1938. Arnold Porritt, un próspero fontanero londinense, ya no sabe qué hacer con su sobrina Cluny. La jovencita, una asombrosa mezcla de inocencia y determinación, acumula una extravagancia tras otra y no parece saber cuál es su lugar. Después de tomarse un té en el Ritz y de dejarse seducir alegremente por un cliente, su tío decide mandarla como sirvienta a Friars Carmel, una mansión campestre en Devonshire. Allí la esperan, entre otros, lady Carmel, su patrona, siempre metida entre sus flores; su hijo Andrew, que acaba de traerse de Londres a un prometedor escritor polaco supuestamente perseguido por los nazis; o el comedido Jonathan Wilson, boticario del pueblo y perfecto polo opuesto de Cluny. En ese apacible rincón de Inglaterra, el mundo se abre repentinamente para Cluny Brown, y ella está más decidida que nunca a seguir haciendo lo que no se espera de ella.
Escrita en 1944 y llevada al cine dos años después por Ernst Lubitsch, Cluny Brown es una deliciosa comedia social británica que satiriza las buenas maneras inglesas y los estrictos protocolos de clase de inicios del siglo XX.
Acerca de la autora:
Margery Sharp (Salisbury, 1905-Aldeburg, 1991) fue una escritora y dramaturga inglesa célebre por sus brillantes comedias sociales y por su serie infantil de Los rescatadores, adaptada al cine por Walt Disney en 1977 y 1990. En sus años de estudiante de Letras y Bellas Artes fue miembro del Equipo Universitario Británico de Debate Femenino, y sus primeros relatos empezaron a aparecer en revistas como Punch, The Saturday Evening Post o Ladies’ Home Journal. En 1930 publicó su primera novela, Rhododendron Pie, a la que le seguirían otras destacadas obras como Cluny Brown, llevada a la gran pantalla por Ernst Lubitsch en 1946, o Britannia Mews y The Nutmeg Tree, ambas adaptadas también al cine de Hollywood de los años cuarenta.
Elegante, ingeniosa, y con una aguda percepción de la naturaleza humana, la obra de Margery Sharp no ha perdido ni un ápice de esa frescura original que encandiló a la crítica y a los lectores de su tiempo.
Reseña:
Cluny Brown no es una chica cualquiera. Es atractiva sin saberlo, es ingenua sin querer usar doble-sentidos. Es feliz si le pasan cosas, pero esas cosas no tienen porqué ser exóticas (aunque sí lo sean para su entorno). Cluny Brown busca su sitio mientras únicamente tiene una petición para los demás: que pueda ser ella misma. Pero para una mujer es difícil. Aún sigue siéndolo. Cluny Brown es feliz trabajando para su tío como fontanera y secretaria ocasional, pero a su tío no le gusta que visite casas ajenas ni tampoco que vaya sola a los cafés. El tío Arnold cree que necesita mejorar y, por ello, la manda como sirvienta a Friars Carmel. Cluny Brown no lo entiende, pero supone que su tío lo hará por su bien. Y así ha de pensar durante toda su vida....pero no.
Cluny Brown se planta en un Friars Carmel venido a menos en el que sus amos siguen anquilosados en mejores tiempos pasados (sobre todo la figura masculina) y los sirvientes también son felices así. En la tranquilidad del yugo. Y, por ello, resulta curioso cómo Margery Sharp convierte una obra narrativa casi victoriana en un canto a la libertad. En una llamada al cambio social. Y lo hace desde la figura de Cluny Brown, nuestra heroína sin ella quererlo, y desde la figura de Andrew, único heredero de Friars Carmel. Ambos están cómodos en la casa campestre, pero saben que ese no es su lugar. La primera necesita experimentar emociones, acciones...; y el segundo no puede mirar hacia otro lado sabiendo lo que se viene desde el continente con Hitler y compañía. Sin llegar a hacer spoilers, ambas figuran ayudan al lector a llevarle de la mano por la vida diaria de dos jóvenes nacidos bajo diferente situación social: el futuro del rico y el futuro de la joven de economía sumergida.
Margery Sharp aborda en Cluny Brown importantes cuestiones sobre la libertad del ser humano y, principalmente, sobre la libertad de elección de la mujer. Como si de una novela teatralizada se tratase, Sharp se sirve de su conocimiento del lenguaje para crear una atmósfera tan creíble como humorística con ciertas situaciones de enredo; además de mantener un pulso narrativo que nos hace devorar esta novela que se aleja de los arquetipos románticos de la novela inglesa habitual.