La casa del páramo. Elizabeth Gaskell

Ficha técnica

Título: La casa del páramo

Autor: Elizabeth Gaskell

Número de páginas: 152

Año de publicación: 2020 (original de 1850)

ASIN: 978-607-556-140-0

Sinopsis

En una pradera a las afueras de Combehurst se levanta una casita baja, aislada del resto del pueblo. Es el hogar de la señora Browne, viuda del clérigo, y de sus hijos, los pequeños Maggie y Edward. Ambos se crían en un entorno austero; ella, soñadora, dulce y generosa; él, enérgico, egoísta y preferido por su madre. Los Browne entablan relación con los Buxton, una familia de terratenientes acomodados cuyos hijos acogen a Maggie con gran cariño. Unos y otros crecen junto al páramo y se enfrentan al descubrimiento del amor, al rechazo y a la certeza de que en algunos árboles rectos las ramas crecen torcidas.

Acerca de la autora

Elizabeth Gaskell fue una importante novelista victoriana. Amiga de Charles Dickens, John Ruskin y Charlotte Brönte -de quien escribió una biografía-, se hizo célebre por sus fieles retratos de la clase trabajadora de la época. Su primera obra, Mary Barton, fue publicada de forma anónima. Aunque a día de hoy es conocida por su serie de novelas Cranford, escritas en tono humorístico, Elizabeth también publicó obras idílicas y se atrevió con la literatura gótica y las historias de fantasmas.

Reseña

Seguro que habéis visto en kioscos esa colección de novelas que RBA ha bautizado como ‘eternas’. Todas se pueden etiquetar como obras femeninas, que es la premisa con la que se ha estructurado la colección. La casa del páramo forma parte de esta serie y, aunque puede entenderse por la protagonista, Maggie, y por una perspectiva que se aleja de la visión tradicional masculina, su argumento trasciende ese concepto de feminidad para abarcar uno, mucho más amplio, en el que se mezclan el bien, el mal y el comportamiento humano.

Narra la historia de Maggie Browne, primero niña, después adolescente, que vive a la sombra de un hermano egoísta y preferido por su madre. La pequeña queda relegada a un espacio secundario, más doméstico, y recibe el cariño de la criada que sirve en casa. El ambiente en la casa de los Browne es opresivo, austero: sus habitantes viven en un perenne luto por la muerte del padre, clérigo del pueblo. Lo estricto de su educación no impide a Maggie ser servicial, bondadosa y pensar siempre en el bien de su madre y hermano. Su naturaleza inocente y amable no escapa a los ojos de los Buxton, una rica familia terrateniente con la que entablan relación y cuyos miembros se prendan de la pequeña Browne. El hijo, Frank, y su prima, Erminia, son para Maggie el inicio del descubrimiento del amor y la amistad.

La novela tiene un inevitable enfoque femenino por estar planteada desde los ojos de Maggie. Las necesidades y sentimientos de la niña se tratan en profundidad, sus anhelos y el contraste entre lo que se espera de ella y el camino que decide tomar ocupan buena parte de sus páginas. Sin embargo, aborda otras muchas temáticas: la infancia y la orfandad, la capacidad de sacrificio, el contraste entre la riqueza y una pobreza moderada… También la necesidad de una figura materna, la lealtad y la distinción entre el bien y el mal.

Se publicó como un cuento de Navidad a finales de 1850, y hay muchos aspectos que remiten a esos relatos y fábulas con una moraleja más o menos explícita. Como es habitual en estas obras, los personajes acaban respondiendo a arquetipos muy puros de blancos o negros, con pocos matices. La protagonista es todo bondad y sacrificio -recuerda vagamente a la literatura hagiográfica-, la madre encarna lo estricto y la austeridad; Edward, el egoísmo y la cobardía; la vieja criada Nancy, la bondad y la comprensión; la señora Buxton, la enseñanza y la libertad… A pesar de que se plantean disyuntivas morales y se pone a prueba a aquellos que tienen un comportamiento más reprochable, esos arquetipos están bastante claros y se respetan desde el inicio hasta el final de la novela.

El entorno es rural e idílico. El enfoque que hace Gaskell del páramo y la vivienda aislada es propio de la literatura romántica, y se mezcla con el tono costumbrista de las descripciones de la vida doméstica. Hay un fuerte componente dramático -la muerte del padre, el sacrificio de Maggie- que refuerza el papel didáctico de la fábula. El final es el esperado, pero no por ello se disfruta menos de una de las historias menos conocidas de la pluma de Gaskell.

Lo mejor: Erminia, un soplo de aire fresco y picardía que contrasta con la bondad e inocencia sin matices de Maggie.

Lo peor: Hay un acontecimiento al final de la novela que no encaja demasiado con el desarrollo de la historia hasta entonces. Demasiado inverosímil.

Deberías leerlo si eres una enamorada de Jane Austen y, en general, de las historias de amor victorianas.