Agatha Raisin y la quiche letal. M. C. Beaton

 FICHA:

Título: Agatha Raisin y la quiche letal

Autora: M. C. Beaton

Editorial: Círculo de Lectores

Número de páginas: 274 páginas

ISBN: 978-84-672-5981-0

Sinopsis:

A sus cincuenta y tres años, Agatha Raisin quiere empezar de cero: ha decidido cerrar su empresa de relaciones públicas y cambiar su piso de Londres por una casita de ensueño en Carsely, un pueblo en el corazón de la Inglaterra rural. El problema es que empezar de cero no es tan fácil: Agatha se siente sola, echa de menos su vida social londinense y, por si fuera poco, percibe que sus nuevos vecinos la tratan con una frialdad que para una mujer acostumbrada a salirse con la suya puede resultar ofensiva.

Dispuesta a hacer lo que sea por ganarse la simpatía del vecindario, Agatha decide participar en un concurso de quiches. Para asegurarse el triunfo, compra una quiche en una tienda de comida preparada de la City. ¿Qué es entonces lo peor que puede pasarle, además de no ganar un concurso dotado con un premio de diez míseras libras? Que uno de los miembros del jurado muera envenenado… Señalada por medio pueblo como principal sospechosa, Agatha Raisin iniciará las pesquisas por su cuenta y riesgo.

Acerca de la autora:

M. C. Beaton es el pseudónimo tras el que se escondía Marion Gibbons, escritora escocesa que gustaba de jugar al despiste mientras escribía libros de misterio o libros de temática amorosa (en este caso bajo el nombre de Marion Chesney). Su carrera empezó en 1979 y sus libros fueron durante décadas consecutivas los más vendidos en las listas de libros de The New York Time. ¿La culpa de ello? Sus dos creaciones más célebres: Agatha Raisin y Hamish Macbeth.

Fuente: Babelio

Reseña:

Pasarán los años y las novelas de Agatha Christie (y su figura) seguirán ofreciendo nuevas lecturas, adaptaciones y una fascinación nunca antes vista. La pantalla grande, las plataformas en línea y, también, los homenajes. El personaje de Agatha Raisin, precisamente, es uno de ellos. Su nombre y su presencia como libro de cabecera de la protagonista así lo atestiguan. Un homenaje que, sin embargo, resulta un tanto descafeinado.

M. C. Beaton nos presenta en Agatha Raisin y la quiche letal la primera novela de su antiheroína. Una mujer urbana que decide prejubilarse en las Midlands después de una agotadora existencia laboral como directora de una agencia de publicidad de éxito en la city londinense. Agatha no encaja. Incluso, diría yo, detesta cómo la metereología parece ser el único tema de conversación de Carsely. Ser la nueva vecina no trae consigo una adoración por parte de sus habitantes y, en un acto de egolatría desesperada, pone sus miras en el concurso de quiches del pueblo. Perfecto para hacerse con el premio y conseguir ser admitida en la comunidad. Tanto ansía esta aprobación que no tiene ningún tipo de miramiento en comprar una quiche en la mejor tienda especializada y hacerla pasar por casera. Por desgracia, no se hace con el primer puesto, pero tendrá el primer plano que ansía: el presidente del jurado muere tras ingerir su falsa quiche casera mientras la disfrutaba en el sofá de su casa. Un suceso que cambiará el pueblo y a Agatha Raisin.

Lo que podría ser una novela negra plagada de humor se convierte en una lectura de tren de bromas forzadas. Agatha Raisin no cae simpática al lector ni a sus vecinos de Carsely. Resulta altiva, ególatra y defensiva en su carácter en exceso. Ese celo, lejos de crear la empatía durante la lectura, la convierte en una protagonista desagradable. Esto, unido a lo superficial de las descripciones de personajes y lugares convierten Agatha Raisin y la quiche letal en un quiero y no puedo. En un ay. Partiendo de unas herramientas muy potentes (cambio de vida de la protagonista, el mundo culinario y la vida en los pequeños pueblos, una muerte trágica, el mutismo de los habitantes...), M. C. Beaton crea una historia plana y previsible desde el inicio. Aquí no hay lugar para los giros de guión, las sorpresas de última hora ni para personajes secundarios que enseñan la pata de lobo al final de la historia. Si bien su lectura es ágil y fácil, su desarrollo resulta previsible y Agatha Raisin no convence. Demasiado banal aunque vaya bajando sus pistones, demasiado violenta (sin venir a cuento) en su vocabulario. En definitiva, mucho ruido y pocas nueces en una novela de misterio que podría ser doblemente negra con su humor y que, sin embargo, se convierte en un café descafeinado, un manchado sin gracia. Un guiño con buenas intenciones pero que apenas transmite tensión a las lectoras asiduas de Agatha...Christie.

Lo mejor: recordar la figura de Agatha Christie siempre es un buen reclamo.

Lo peor: la historia y los personajes están poco trabajados.

Deberías leerlo si buscas una lectura rápida y sin complicaciones.