"-Quizá -dijo vacilante-, quizá haya una bestia.
La asamblea lanzó un grito terrible y Ralph se levantó desconcertado.
-¿Tú, Simon? ¿Te crees eso?
-No lo sé -contestó Simon. Los latidos del corazón le paralizaban-. Pero...
Estalló la tormenta.
-Lo que quiero decir es que..., a lo mejor, sólo somos nosotros"
El Señor de las moscas (Golding, 1954)
''Representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana''. A primera vista, la definición que recoge la RAE del concepto de distopía no es demasiado atrayente. Sin embargo, la profunda huella que los universos distópicos han dejado en el cine y la literatura es un claro reflejo de la atracción que ejerce sobre el ser humano una idea que nos repele y nos seduce al mismo tiempo. Nadie que esté en sus cabales se cambiaría por la Katniss de Panem, ni se sometería alegremente al escrutinio del Gran Hermano, ni -¡muchísimo menos!- acataría la orden de quemar todos los libros a 451º Farenheit. Sin embargo, es imposible resistirse a la llamada de estos grandes clásicos -y obras modernas- de la literatura distópica, cuya pavorosa realidad se desvanece al cerrar el libro. Son universos ficticios, muy alejados de la ordenada sociedad en la que estamos cómodamente instalados. Pero el atractivo de la distopía, como la llamada del abismo de Nietzsche, radica en una pregunta cuya respuesta no queremos conocer: ¿Y si fuera posible?
1. Crónicas marcianas (Ray Bradbury, 1950)
En la década de los cincuenta, el siglo XXI todavía estaba lo suficientemente lejos como para soñar con viajes espaciales tan cotidianos como un trayecto en autobús. Bradbury sitúa en los primeros 2000 el escenario de sus relatos, en los que la barrera entre humanos y extraterrestres se desdibuja. El colapso de nuestro planeta provoca un incesante goteo de viajeros en dirección a Marte, donde esperan construir una nueva vida. Sin embargo, la realidad es más bien desesperanzadora: la guerra, el racismo, la lucha entre especies y el miedo hacia lo desconocido contaminan este primer contacto entre el hombre y el marciano, que descubren que no son tan diferentes.
2. 1984 (George Orwell, 1949)
El clásico entre los clásicos. Orwell recrea una sociedad totalitaria gobernada por INGSOC, el Partido Único, que ejerce el poder con mano de hierro sobre una población privada de libertad de acción y pensamiento. Esta parábola de la vida moderna es una crítica despiadada al nazismo y a los regímenes soviéticos, en los cuales primaba el culto personal –el Gran Hermano tiene mucho de Stalin-. El Ministerio del Amor, el de la Paz, el de la Abundancia y el de la Verdad se dedican a ejercer el castigo y la tortura, promover la guerra, garantizar la escasez y reescribir la historia. La novela es una versión torcida de Utopía, de Tomás Moro, en la que se construye una pretendida sociedad ideal. Orwell cierra la puerta a la esperanza: no hay más escapatoria que la muerte.
3. El Señor de las moscas (William Golding, 1954)
Esta oscura versión de Peter Pan y los Niños Perdidos es una de las realidades distópicas más incómodas de la literatura por su amargo planteamiento: la inocencia infantil no muere al llegar a la adolescencia porque nunca ha existido. La novela ofrece una visión apocalíptica -del pasado, pues la acción transcurre en 1945. No es una distopía al uso- en la que un grupo de niños debe sobrevivir en una isla desierta sin supervisión de los adultos. A pesar de su corta edad, pronto empieza a germinar en la pandilla la semilla del mal. El sadismo, la imposición del miedo y el poder del fuerte sobre el débil son algunos de los elementos con los que Golding demuestra que no es el sistema el que nos corrompe: somos nosotros mismos. ''El hombre es un lobo para el hombre'', que decía Hobbes.
4. Farenheit 451 (Ray Bradbury, 1953)
Bajo un título muy revelador -hace referencia a la temperatura a la que arde el papel- Bradbury imagina el peor de los infiernos para un bibliófilo: una sociedad en la que los libros son condenados a la hoguera por orden gubernamental. La idea de censura y la destrucción del conocimiento, una constante de las novelas distópicas, se acerca de nuevo a la imposición del pensamiento único en los regímenes totalitarios. Veinte años antes de que Bradbury escribiera su novela, los nazis quemaron libros escritos por judíos y considerados anti alemanes. Veinte años después de que la terminara, la quema se repitió en Chile con la dictadura de Pinochet.
5. Los juegos del hambre (Suzanne Collins, 2008 – 2010)
El boom que las sagas distópicas han experimentado en los últimos años lo debe todo a Katniss Everdeen, una joven de Panem que representa al Distrito 12 en los Juegos del Hambre. De juegos no tienen nada: estas olimpiadas maquiavélicas son una reinterpretación moderna de las luchas de gladiadores y de las peleas entre hombres y fieras que podían verse en las arenas romanas. En este caso, con unos espectadores de excepción: los habitantes del Capitolio, que asisten divertidos a la guerra a muerte entre los jóvenes de los distritos más pobres. Es una recreación moderna del mito de Teseo y el Minotauro, en palabras de la propia Collins.
6. Dones Oscuros (Vic James, 2017 – 2018)
A falta de un único libro para cerrar la trilogía, esta saga se ha convertido en una de las revelaciones juveniles del año. Sigue el camino marcado por Los juegos del hambre y El corredor del laberinto, aunque lo hace desde una perspectiva que pone menos el acento en el espectáculo y más en la conciencia de lucha política y social. En este planteamiento futurista, Inglaterra está estructurada en dos grandes grupos, los privilegiados Diestros, que poseen una magia innata, y los sometidos Ordinarios, que viven bajo el yugo de los primeros y se ven obligados a cumplir una década de esclavitud a lo largo de su vida para mantener el sistema. Es interesante la visión internacional que plantea James, con naciones gobernadas por Diestros y por Ordinarios que se enfrentan en una nueva Guerra Fría.
7. El piso mil (Katharine McGee, 2016)
¿Recordáis la película Snowpiercer? Un tren que nunca para se mueve en círculos en una tierra inhóspita. En su interior viajan los supervivientes del cambio climático estructurados en clases sociales. Si cambiamos el tren por una altísima torre y el entorno apocalíptico por una Nueva York ligeramente más amable, el resultado es este Gossip Girl futurista en el que adolescentes procedentes de los pisos inferiores y los superiores acaban enredados en líos amorosos, peleas y secretos compartidos. Es la primera parte de una trilogía en la que lo mejor es descubrir hasta qué punto la torre puede desafiar los límites de la imaginación.
Solo he leído el primero de los juegos del hambre y empecé hace muchos años El señor de las moscas pero no lo terminé, no me gustó nada.
ResponderEliminar1984 y Farenhait, los tengo apuntado desde hace años, pero todavía no me he decidido a leerlos, a ver si lo hago ya...
Gracias por las recomendaciones.
Besos
¡Hola, Aylavella!,
EliminarA mí me encantaron Los juegos del hambre, pero sí que es verdad que El señor de las moscas es bastante durillo. Yo también he sido incapaz de leerlo.
En cuanto a Farenheit y 1984, son grandes clásicos ambos ;) Ya nos contarás cuando los leas.
Un besito de tinta y hasta pronto.
Gracias por pasarte :D
De los que mencionas solo he leído Fahrenheit 451, el señor de las moscas, LJDH y El piso mil. Mis favoritos? Los dos últimos. Los otros dos están muy bien y hacen unas críticas bastante notables pero no llegaron a engancharme como esas. Tengo pendiente leer 1984. Gracias por la entrada!
ResponderEliminar¡Hola, Almudena!,
EliminarPues por lo que veo, has leído bastantes de las distopías que mencionamos ;)
La verdad es que el estilo de las primeras y el de las últimas no tiene nada que ver, pero todas ellas ponen el punto de mira en ciertos temas o aspectos sociales bastante extrapolables al futuro.
Gracias por pasarte y comentar.
Un besito de tinta y hasta pronto :D Nos leemos.
¡Hola hola!
ResponderEliminarLa jaula dorada ha sido un libro que he disfrutado mucho y tengo pendiente el piso mil!
🐾Te espero por el rincón de mis lecturas, un besote
¡Hola, Andra Books!,
EliminarLa jaula dorada fue mi libro favorito del año pasado *.* Me encanta esta distopía y espero poder continuar con ella pronto.
Un besito de tinta. Nos leemos :D
Genial! Conocía todos menos el 6to y el 7mo; El único que leí hasta el momento es el 1ro (Crónicas marcianas). Muy enriquecedor el post. Saludos desde www.literaturaenelabismo.blogspot.com
ResponderEliminar¡Hola, Matías!,
EliminarNos alegramos de que te haya gustado esta entrada, así como de haberte descubierto nuevas distopías ;)
Un besito de tinta y hasta pronto.
Nos leemos :D
Hola Pandora!! Varios de esos títulos los tengo pendientes,como Los Juegos del Hambre o el Señor de la moscas. Besos!!
ResponderEliminar¡Hola de nuevo, Ana!,
EliminarYa nos contarás qué te parecen estas distopías que tienes ganas de leer ;)
Desde luego, nosotras las disfrutamos mucho.
Un besito de tinta y hasta pronto.
Nos leemos :D
¡Hola! De los libros que mencionáis solo he leído Los juegos del hambre pero tengo en casa El piso mil llorando porque no lo leo D:. 1984 y Farenheit 451 los tengo muy pendientes pero no sé cuando me podré animar con ellos. La verdad que los otros libros no los conocía (o solo de oídas) pero los tendré en cuenta cuando quiera leer este tipo de novelas :).
ResponderEliminarUn besito.
¡Hola, Eurus!,
EliminarMuchas gracias por pasarte ^^. Ya nos contarás qué te parece El piso mil ;)
La verdad es que hay tantos libros buenos y tantas obras distópicas interesantes... que es muy difícil elegir.
Un besito de tinta y hasta pronto.
Nos leemos :D
¡Hola!
ResponderEliminarOhhh distopías, este año quiero leer más distopías así que la entrada me viene fenomenal para llevarme unos cuantos títulos apuntados ;) De los que mencionas, solo he leído "Los juegos del hambre" y me encantaron. "1984" lo tengo más que apuntadísimo y espero poder leerlo pronto (de aquí a sabe dios cuándo, jaja). Y "Farenheit 451" no lo he leído pero vi la película hace tiempo. Sufrí mucho como buena amante de la lectura, aunque lo mismo me animo y lo leo ^^
El que no me llama nada es "El señor de las moscas". Empecé a leerlo y desde el principio tenía claro que no me estaba gustando, así que es poco probable que vuelva a darle una oportunidad.
¡Un beso!
¡Hola, Mari!,
EliminarMe alegro de que la entrada te haya venido que ni pintada para coger ideas sobre distopías ;) A mí es un género que me encanta *.*
Y te entiendo con lo de querer leer libros y no poder XD. Es el sino de l@s lector@s. Miles de libros pendientes o con vistas a leerlos...
Yo también estoy traumatizada con El señor de las moscas. Las pocas escenas que he visto de la película me dejaron fatal.
Un besito de tinta y gracias por pasarte.
Nos leemos. Hasta pronto :D
Tanto ese libro como Rebelión en la granja de George Orwell me parecen obras maestras :D
ResponderEliminar¡Hola, Lecturas Drew Fields!,
EliminarNos alegramos de que hayas tenido la oportunidad de leer y disfrutar de algunos de los grandes clásicos distópicos ^^.
Un besito de tinta y hasta pronto.
Nos leemos :D