

Josep Pla recorrió durante cuatro años los caminos de Italia, desde los valles de los Alpes hasta las polvorientas tierras del sur. Reportero con olfato a la caza del detalle más pintoresco, erudito entusiasmado por la historia, turista curioso, explorador de conventos, fondas, mercados y museos, poeta arrobado ante la densidad artística que le rodea y humanista seducido por la vida cotidiana..., Pla compone un fresco puntillista cuyas pinceladas recogen los infinitos matices del mundo retratado.
Escritor español en lenguas catalana y castellana (Palafrugell, Girona, 1897-Llofriu, Girona, 1981). Nacido en el seno de una familia de propietarios rurales, Pla estudió Derecho en Barcelona y se dedicó al periodismo. Al estallar la guerra civil, se trasladó a su casa de Llofriu y, más tarde, residió en París y Roma. Al terminar la guerra, regresó a España y comenzó a colaborar con la revista Destino. Josep Pla es uno de los escritores más importantes del siglo XX en lengua catalana.
Para aquellas lectoras de más allá del Atlántico, no sabemos qué se les pasa por la cabeza cuando piensan en Italia. Aquí, en España, igual que ocurre en prácticamente toda Europa, el grado de idealismo que se lleva a cabo después de escuchar esas seis letras pasa la frontera de la obsesión. Desde ciudades de ensueño ancladas en su época excelsa del siglo XV, pasando por amantes atractivos y apasionados. Desde montañas de pizza, pasta y tantas delicias dulces, pasando por atardeceres y ruinas que te quitan el hipo. Desde niña, la historia, el arte y los libros han formado en nuestra mente una imagen idealizada en nuestra cabeza. Una imagen que los viajes posteriores raramente quitan de nuestro pensamiento. Y, Josep Pla, en sus Cartas de Italia, ahonda en esas sensaciones que nos encandilarán del país italiano durante toda nuestra vida.
Si una ha visitado Italia encontrará que no hay pueblo feo. Que el clima que se vive en sus calles y prados despierta hondos sentimientos en el alma. Saca nuestro lado cursi y más romántico sin saber muy bien la razón. Romanos, familias banqueras que crearon sus propios imperios, comarcas de fortuna gastada en las artes. Cortes del Renacimiento y Barroco creadas desde el amor al arte, la religión y el hambre de poder. El fin justificando los medios y los artistas de renombre acompañando a los hombres y mujeres más poderosos del momento. Después llegó la decadencia interna, pero el re-descubrimiento de Italia por parte de los visitantes extranjeros. El Grand Tour se convirtió en el viaje que todo joven de fino estudio debía de realizar a cabo en su madurez para conocer el lugar donde el placer y la piedad podían encontrarse en cualquier esquina. Esos viajes desembocaron en una imagen idealizada que ha seguido flotando en nuestros pensamientos incluso después de la desvergüenza de sus líderes políticos.
Josep Pla, enorme cronista viajero del siglo XX, vivió durante cuatro años en la península de la bota. Recorrió norte y sur (como la canción de Raffaela Carrá) para descubrir los misterios del encanto de sus gentes, sus ciudades y su gastronomía. Y lo que encontró fue una sorpresa (quizás) para muchos lectores: que si bien los italianos tienen bases comunes, sus maneras de ser y comportarse son muy diferentes. Que cada región destaca por sus cualidades individuales y sus maneras de enfrentarse al arte y a la gastronomía. Plá, en poco más de doscientas páginas, se sumerge en las tradiciones de lugares tan parecidos y, a la vez, tan diferentes como Génova, Nápoles o Venecia. Nos descubre que Italia son muchas Italias y que cada una de ellas necesita ser descubierta con la mente abierta y sin reloj. Adentrarse en sus historias, sus callejuelas, sus placeres gastronómicos y sus olores. Leer a Josep Plá hace que puedas degustar todas estas sensaciones a través de sus crónicas. Y viajar con los sentidos a kilómetros de distancia...
Lo mejor: que puedes saborear cada plato, disfrutar cada monumento...
Lo peor: que el viaje a Italia se nos quede corto y queramos repetir.
Deberías leerlo si te gusta descubrir culturas vecinas que no se nos parecen tanto como pensábamos.
Estamos en una época extraña- Una época que, esperemos, sea simplemente un parpadeo que se pierda en ese acto. Sin embargo, mientras llega ese día, el enclaustramiento de meses anteriores nos sirvió para darle lustre a los mágicos juegos de mesa. Tanto es así que aquí la que escribe se volvió una fanática de ellos y se ha puesto a la caza y captura de juegos de mesa cuya temática sea la literatura. Ahora ya sabéis que durante el otoño inminente también podéis ahondar en vuestra pasión por las letras de una manera diferente, ¡con estos siete juegos de mesa!
Para todas aquellas personas que siempre han querido sentirse como los maestros de la poesía. Para todos aquellos que querrían entrar en una puerta del Ministerio del Tiempo y vivir en primera persona en el Siglo de Oro. Ahora tienen la posibilidad de sentirse como Calderón de la Barca o Francisco de Quevedo con este juego de cartas cuyo objetivo es crear figuras literarias y convertirse en el mejor literato de todos los tiempos. Juego creado por J. Carlos Romero.
La novela más conocida del escritor inglés Daniel Defoe ahora encuentra su versión sobre la mesa en este juego cooperativo. Para jugar de manera individual o en grupos, cada uno será un náufrago que ha llegado a la isla desierta. Guarecerse, encontrar comida y cumplir los objetivos serán tus misiones. Aviso a lectores: no esperéis partidas rápidas, sus sentadas rondan las dos horas...y son de lo más adictivas.
¿Cuántos libros no conoceremos que están firmados bajo el nombre falso de su verdadero autor?¿Y cuántas veces nos hemos sorprendido al conocer su verdadera identidad? Si eres de las que disfrutas con el misterio, te encantarán las dos ediciones de este juego de roles ocultos. Combinaciones de escritores, influencias que se mueven en favor y en contra...todo vale para conseguir la mejor obra de todos tus colegas. Y contrincantes.
Marbushka son creadores de magia. De magia con las manos. Son capaces de iluminarte la cara sólo con ver la caja en la que se esconden sus ideas llevadas al tablero. Y esto ocurre con esta recurrente historia que tiene lugar en una biblioteca. Su sección de libros raros poseía ejemplares en los que los lectores se convertían en los propios protagonistas de la historia...hasta que el Dr. Mala Cabeza los trastocó con sus experimentos. ¿Te atreves a devolver los libros a su lugar?
Alicia en el País de las Maravillas será la protagonista de nuestras dos entradas dedicadas a los juegos de mesa. Y es que la historia de la joven muchacha creada por Lewis Carroll ha dado para muchas re-interpretaciones de la historia. En esta ocasión, su imaginario se ha llevado a este juego de cartas (creado por Naomi Homma) en el que lo importante es sumar participantes al desfile del País de las Maravillas. ¿Conseguirás ser el organizador más célebre?
Varios son los packs que ofrece esta saga de misterios que lleva la modalidad de un escape room al formato de los juegos de mesa de las cartas, pero en esta ocasión le prestamos atención a la que contiene el caso protagonizado por Sherlock Holmes, el padre de los detectives. Sólo o en compañía deberás desvelar el misterio de La roja hebra criminal. Le acompañan otras dos aventuras: Insert Coin y Tras los pasos del Conejo Blanco.
Y despedimos la primera sesión de juegos con una doble alternativa. Las sagas literarias más vendedoras de todos los tiempos también encuentran su lugar sobre el tablero. El merchandising no tiene fronteras y ya no sorprende encontrar versiones personalizadas de clásicos de preguntas y respuestas o garrapiñadores de bienes inmuebles. Es así como nos encontramos con el Trivial dedicado a Harry Potter o el Monopoly dedicado a El Señor de los Anillos.