Seis novelas imprescindibles para amantes del crimen

Que no criminales, entendedme bien. Amantes del misterio, aficionados a la investigación amateur de crímenes famosos, teóricos de asesinatos sin resolver, insomnes de oscuro documental sobre la desgracia ajena, cuanto más retorcida mejor. Ávidos de truculentas historias y buceadores en los pliegues más recónditos del alma. A todos ellos va dirigida esta lista. 

A sangre fría. Truman Capote 

Un clásico. Dick y Perry, exconvictos con tendencia a tomar malas decisiones, irrumpen en el hogar de los Clutter, una familia agricultora de profunda fe cristiana cuya vida transcurre plácidamente en Kansas. Lo hacen movidos por la existencia de una caja fuerte que resulta ser una ilusión. Aun a pesar de no hallar botín alguno, ambos asesinan a los padres, Herbert y Bonnie, y a los niños, Nancy y Kenyon. La novela, una obra maestra, bebe de un asesinato real que sacudió la sociedad norteamericana de los cincuenta y profundiza en la complejidad humana de Dick y Perry, que acaban cruelmente con la vida de los Clutter por un botín miserable que no llegó a los cincuenta dólares. 

El Padrino. Mario Puzo 

Otro grande de la literatura contemporánea. Si cuando piensas en la mafia italoamericana te vienen a la cabeza palabras como Cosa Nostra, omertà o consigliere, dale las gracias a Don Vito Corleone, el emblemático capo al que dio vida la pluma de Mario Puzo. Sus negocios y los de su hijo Michael, heredero de un imperio que ha de mantener con hierro y sangre, son la espina central de la novela. A pesar de que los hechos que se narran son ficticios, constituyen un buen espejo de la sórdida guerra que los grandes capos del crimen organizado mantuvieron en los bajos fondos de Estados Unidos. 

Anatomía de un asesinato. Robert Traver 

Menos conocida es esta obra de Traver. Un juzgado del Medio Oeste americano es el escenario en el que se decide el destino de un hombre, asesino del agresor de su bella mujer. Abogados, fiscales, jueces, testigos y el propio acusado desfilan por sus páginas reconstruyendo el crimen e intentando inclinar la balanza de la justicia hacia la vida o hacia la muerte. Bajo ese ruido subyace un conflicto moral sobre la inocencia y la condena, sobre la ley y el poder de hacer desaparecer el futuro de un hombre. 

La familia de Pascual Duarte. Camilo José Cela 

Volvemos al olimpo de las letras con la sombría historia de Pascual Duarte, campesino extremeño condenado desde la cuna a un destino brutal. ‘Yo, señor, no soy malo, pero no me faltarían motivos para serlo’: así arranca una novela que desgrana la mísera vida de Pascual, que tiende inexorable al presidio y a la soga. La violencia es la única lengua que conoce, y especialmente sobrecogedor es el asesinato de su propia perra, a la que empieza a odiar porque no sabe hacer otra cosa. 

Crimen y castigo. Fedor Dostoyevski 

Una obra en la que, de nuevo, el conflicto moral y las consecuencias que el asesinato tiene en el alma humana son más importantes que el propio crimen. El joven Raskolnikov acaba con la vida de una vieja usurera movido por un impulso. Asesino torpe y novato, está convencido de que el fin justifica los medios y de que su crimen no es tal, pues ha sido empujado por fines humanitarios y benévolos. Sin embargo, tras la muerte de la mujer, Raskolnikov se va hundiendo lentamente en el fango de la locura y se ve atrapado por la espantosa certeza de que todo crimen, incluso aquel que se disfraza de acto heroico, tiene su castigo. 

Los asesinos. Elia Kazan 

Muchos conoceréis a Elia Kazan por ser el director de clásicos como Un tranvía llamado deseo o Al este del Edén. Una faceta menos conocida del cineasta es la de escritor, papel que le permitió alumbrar novelas como esta. En ella, Cesáreo Flores, un mexicano miembro de las Fuerzas Armadas, es juzgado por el asesinato de dos jóvenes, uno de ellos icono del movimiento hippy e inconformista. Su muerte convierte a Vincent Connor en algo más que una víctima, elevándolo al altar de mártir e icono.