Universo Wonder

Cada vez es más común que, cuando un libro tiene mucho éxito, salgan secuelas o precuelas al respecto. Cada autor consigue hacerlo con más o menos gracia, pero un libro basado en un best-seller tiene todas las papeletas de convertirse en otro éxito de ventas. Uno de esos casos es el de RJ Palacio que, tras el bombazo de la historia de Auggie Pullman (del que os hablé en esta reseña), ha creado un pequeño "Universo Wonder" con varias obras que parten de su gran éxito como punto de partida.

Para empezar, Palacio publicó El libro de preceptos del Señor Browne, ese maestro de la escuela Beecher que cada mes apuntaba en la pizarra un precepto a sus alumnos, y que les pedía que, en vacaciones, le enviaran nuevos preceptos para guardarlos y poder enseñárselos a alumnos futuros. Para este libro, RJ Palacio pidió ayuda a sus fans y en apenas una semana tenía miles de propuestas de preceptos provenientes de todas partes del mundo... Con lo que se podría decir que los mismos lectores potenciales fueron quienes le hicieron gran parte del trabajo a la autora; un detalle un tanto curioso, ¿no os parece?

Poco después, Palacio deleitó a sus fans con tres historias que, en inglés, primero fueron publicadas online, para después recopilarlas en un nuevo libro titulado Auggie & Me (Auggie y yo). Sin embargo, en el mercado hispano quisieron aprovechar el tirón de Wonder aún más y publicaron las tres historias como libros independientes... Aunque después se publicaran también recopiladas en un tomo, August y yo. 

En la primera, La historia de Julian, Palacio decidió ahondar en la historia de la némesis de Auggie y explicarnos cómo vivió Julian el primer año de August en la escuela Beecher. Así, descubrimos por qué sintió esa aversión hacia él y por qué se comportó con él como lo hizo. En resumen, La historia de Julian es un libro que nos muestra que nada es blanco o negro, que no somos solo buenos ni solo malos. Además, habla tanto sobre la aceptación de nuestros miedos y errores como de la capacidad de redención al aceptarlos. Una novela que, por otra parte, se puede leer en apenas una sentada, puesto que es una historia realmente breve.

A esta le sigue El juego de Christopher. En él, la autora habla de un día en la vida del único amigo que August tenía antes de ir a la escuela, pero que se tuvo que mudar lejos hace un tiempo. A través de dicho día (uno un tanto complicado, por cierto), y mediante los recuerdos que se entrelazan en él, podemos ver retazos de la vida de Cristopher como amigo de August, lo difícil que puede ser a veces ser su amigo debido a la intransigencia de los demás y cómo las amistades fluctúan de modos diversos dependiendo de la situación vital de cada uno aunque, cómo no, lo importante es estar allí cuando hace falta. Dos curiosidades sobre este volumen: originalmente se titula Pluto (Plutón) por la fascinación que este ex-planeta provocaba tanto en August como en Christopher de pequeños y una escena relacionada con el tema que aparece en el libro. Además (y por si alguien se lo había preguntado, ya que yo lo hice antes de leerlo), la estrella que aparece en la frente de Christopher en la portada tiene un porqué que a mí me pareció muy conmovedor.

Finalmente, Charlotte tiene la palabra le da voz a Charlotte, una de las estudiantes encargada de darle la bienvenida a August, y la única cuya historia y reflexiones no conocíamos todavía. De nuevo, sabemos más sobre ese quinto curso de la Escuela Beecher. Sin embargo, aunque en esta historia hay unas cuantas referencias a August, Charlotte y ella no tienen mucho contacto ese primer año, con lo que la novela se centra más en las vivencias de Charlotte, para explicarnos que a veces las amistades varían, y que hay ciertas amistades que solo duran un tiempo, pero no por ello son menos especiales. 

¿Qué decir de los tres? Que leyendo los resúmenes de las contraportadas, parece que tengan muchísimo que ver con la historia de August. Sin embargo, aunque en el caso de Julian sí que es así (no deja de ser su versión de la historia sobre su enemistad), en el de Cristopher lo es hasta cierto punto pero no tanto como se podría esperar y, como acabo de comentar, en el de Charlotte sólo se le nombra de pasada y lo importante es la historia de ella en sí. Por otra parte, en mi caso me los dejaron en tres tomos diferentes y, la verdad, al leerlos así me parecieron un poco estafa. ¿Por qué? Porque son muy breves, las historias son muy sencillas y se leen muy rápido. De hecho, mi opinión en ese momento fue: si fueran un solo libro que incluyera las tres historias me hubiera gustado más, pero que sean tres libros diferentes me parece una forma de aprovecharse de los fans. Viendo que la publicación original fue en un solo tomo, eso hace que vuelva a “sentirme en paz” (por llamarlo de alguna manera) con RJ Palacio ;) . 

Sin embargo, el "Universo Wonder" no queda aquí. En marzo del año pasado, Palacio publicó Wonder, todos somos únicos, cuento que introduce la historia de Auggie a niños pequeños con una historia que ella misma ha ilustrado. En ella, también se tratan principios como la tolerancia, la empatía y la importancia de aceptar a los demás tal como son. Por desgracia no la he tenido entre mis manos, así que poco más os puedo decir al respecto.

La incógnita que nos queda ahora por resolver es… ¿seguirá Palacio con este Universo Wonder? ¿O decidirá aventurarse en nuevas historias que embelesen a sus fans y nuevos lectores? El único que tiene la respuesta es el señor tiempo, pero esperamos estar aquí para contároslo en cuanto nos enteremos. 

¡Hasta pronto!