Recuerdo como siendo niña devoraba cada tarde varios números de Mortadelo y Filemón.
Aún están visibles por las estanterías de casa. Sin embargo, hace
tiempo que nos los reviso, cogiendo polvo a la espera de que alguien
vuelva a fijarse en ellos. No sé si el paso a la treintena hace que inconscientemente me aleje de esa niñez, el gusto y el
gesto se me cambien y avance por derroteros bien distintos, los de la
novela gráfica.
Sinceramente, nunca he tenido una necesidad de seguir la obra y milagros de Kafka. Nunca. Sin embargo, encontrarme con el nombre de Robert Crumb en la tapa de un volumen siempre hace me pare ante él, lo observe y me lo lleve. Kafka. Perfecto para quien quiera hacer un primer acercamiento a su vida y milagros. Las escenas creadas por el dibujante norteamericano, figura del underground, ofrecen
al lector esa opresión de línea gruesa, frecuente en el pesimismo de
ambos genios, que contextualiza la propia claustrofobia del autor de
Praga. En este caso, la autocensura es la protagonista de la vida de
Kafka, quien se aborrece a sí mismo al igual que aborrece al resto,
renegando de las pasiones terrenas y actuando siempre bajo el yugo del
miedo a la autoridad, presente tanto en la figura de su padre como en
los protagonistas de sus obras, las cuales presentan siempre la misma
estructura.
Todd Solondz y su sordidez. Trazos sencillos. Fun Home. Una familia tragicómica se presenta sin muchos aspavientos. Trazos sencillos y autobiográficos. La autora, Alison Bechdel,
narra su descubrimiento de la sexualidad en figuras femeninas a la par
que presenta la verdadera y solapada historia de su padre a raíz de su
suicidio, marcado por la autocensura impuesta. Dos polos opuestos que, inevitablemente, contienen más parecidos que disconformidades. De
manera sibilina crea una crítica sutil y serena de la sociedad actual
burguesa, lo que la ha encumbrado en una obra de culto.
Ludovic Debeurme realizó Lucille, novela gráfica francesa que se presenta como la primera parte de. Deja a un lado los textos, mínimos (de hecho recuerda a las películas mudas y sus limitadas letras a sus interludios), siendo la imagen la única protagonista. Olvídense de superhéroes e historias inverosímiles. Aquí el minimalismo visual se une a la lírica surrealista y a la crudeza del realismo.
La infelicidad, crea una red de personajes desdichados, acompañada de
la anorexia, la desubicación social o la pérdida familiar.
Polvo somos, y en polvo nos convertiremos.
La verdad es que a mí la novela gráfica nunca me ha gustado demasiado. Hace poco hojee un manga (novela gráfica japonesa) y la verdad es que sigo sin verle demasiado el punto. Quizás yo soy más de leer a secas. Gracias por la entrada! Un beso
ResponderEliminar¡Hola, Almudena!,
ResponderEliminarEs verdad que no es lo mismo leer un libro que una novela gráfica, pero queremos mostraros la variedad que existe en cuanto a lectura se refiere ;) y saber si os gustan este tipo de "lecturas" diferentes.
Gracias a ti por leernos.
Un saludo y nos leemos ;)