Suave es la noche. Scott Fitzgerald

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Ficha técnica 

Título: Suave es la noche

Autor: Scott Fitzgerald

Editorial: Mont Blanc

Número de páginas: 405

Año de publicación: 1934

Sinopsis 

Dick y Nicole Diver son el matrimonio perfecto. Guapos, ricos y despreocupados, reparten su tiempo entre Suiza y la Riviera francesa, donde veranean acompañados de un séquito de admiradores. Allí conocen a la jovencísima actriz Rosemary, una estrella en ciernes, que se enamora perdidamente de Dick. Sin embargo, lo que parece el cuento de hadas de una pareja irresistible no tarda en marchitarse.

Acerca del autor

De las cuatro novelas que escribió el estadounidense Scott Fitzgerald, El Gran Gatsby es la más conocida y la que le ha acabado dando fama mundial. Sin embargo, Suave es la noche, la última de sus obras, fue la que puso el broche a una vida marcada por su alcoholismo y la esquizofrenia de su mujer, Zelda. Miembro de pleno derecho de la era del jazz y de los locos años veinte, Fitzgerald se hizo un hueco en el olimpo de los escritores norteamericanos antes de morir a los 44 años.

Reseña

Leer Suave es la noche es asistir a la muerte de Scott Fitzgerald. Hay algo impúdico en ser testigo del descenso de los Diver a los infiernos siendo conscientes de que el propio Fitzgerald deja en la obra el fiel testimonio de sus últimos años de vida. Dick y Nicole Diver, Francis Scott y Zelda Fitzgerald, ambas parejas que comparten una juventud plena llena de éxito y el posterior marchitamiento de sus sueños hasta un ocaso temprano.

La novela mantiene el espíritu evocador y ostentoso de El Gran Gatsby, ese despreocupado aire de lujo y luz permanente que las relaciones humanas van empañando. Y ambas demuestran que a Fitzgerald no le interesan los finales felices, sino desmontar ese espléndido decorado en busca de la desnudez de sus protagonistas y demostrar que los ricos también lloran.

Sin embargo, Suave es la noche es mucho más oscura que su célebre predecesora. Su estructura cronológica no lineal la hace algo farragosa para el lector, que en ocasiones se pierde ante los saltos temporales y el cambio de narrador. Muy inteligente la decisión de Fitzgerald de escoger a Rosemary para prestar su mirada y voz a la novela; desde la perspectiva de su menguante inocencia, es mucho más acusado el declive de los Diver.

A pesar de la importancia que la joven actriz juega en la obra, los protagonistas absolutos son Dick y Nicole. El desamor, la soledad, el anhelo de ser admirado, el temor a la derrota y a la muerte se entremezclan con la locura, el alcoholismo y el más absoluto de los aburrimientos. Es ella la más débil de la novela, silenciosa y atormentada, a la sombra de un marido que se sabe deseado por todos. Aun así -o gracias a ello-, es Dick el que experimenta la caída más vertiginosa.

No quiero ni pasar de puntillas por los sucesos que marcan el lento derrumbe del matrimonio para no destripar esta novela magistral. Sí diré que hay situaciones que ponen los pelos de punta –el enamoramiento entre Dick y Rosemary se torna en ocasiones muy siniestro; el origen de los problemas mentales de Nicole es más oscuro de lo que uno espera-, pero, al final, lo que queda es la triste historia de Francis Scott y Zelda. Queda el consuelo de saber que sus novelas los han hecho inmortales.

Lo mejor: El nombre de Scott Fitzgerald es ya una garantía.

Lo peor: La estructura cronológica no es lineal y puede resultar algo confusa.

Deberías leerlo si quieres revivir el esplendor de los años veinte, de los flequillos, del jazz, de los cigarros manchados de carmín.

Puedes leer las primeras páginas aquí.