Seis novelas sorprendentes de escritores reconocidos

En la literatura, como en el cine, es fácil encasillar a aquellos escritores que han tocado la tecla del éxito editorial. Cuando un determinado libro o saga se convierte en fenómeno de masas y referente de un determinado público, su fama acaba sobrepasando a su autor, que queda ligado a esa obra concreta de por vida. No es algo que haya que ver desde un punto de vista negativo, sino como un reconocimiento a una novela que ha dejado una huella imborrable en el imaginario colectivo. Aun así, en muchas ocasiones el resto de su producción literaria queda eclipsada. Recuperamos del olvido seis obras de escritores célebres… por haber escrito otra cosa. 

Una vacante imprevista 

El nombre de J.K. Rowling es y será siempre sinónimo de magia. Su creación más emblemática, la saga protagonizada por el joven hechicero Harry Potter, ha traspasado fronteras y la ha convertido en una figura clave de la literatura juvenil contemporánea. Aunque somos potterheads convencidas, hay otras obras de la británica que merecen la pena y están muy alejadas del universo mágico. Una de ellas es esta novela, un thriller adulto de la Inglaterra profunda que aborda temas como la drogadicción, la violencia familiar o el acoso. 

Mi tío Oswald 

Es sorprendente que sea Roald Dahl, afamado escritor de obras para niños, el autor de esta sátira de alto voltaje sexual. Narra la vida de Oswald, un millonario esteta amante del lujo y las mujeres que funda un banco de esperma de celebridades. Esta peculiar trama –desarrollada con la misma maestría que muestra en el resto de sus obras- ha salido de la pluma del mismo autor que escribió Matilda, Las Brujas y James y el melocotón gigante. 

Trilogía cósmica 

Saga de ciencia ficción y fuertes connotaciones cristianas que narra el viaje de Ransom y Mark por nuestra galaxia. A lo largo de su odisea –en la que no conviven, pues cada uno protagoniza una mitad de la trilogía- visitan Malacandra (Marte), Perelandra (Venus) e intentan salvar Thulcandra (la Tierra). Es mucho menos conocida que Las Crónicas de Narnia, la obra más célebre de su autor, C.S. Lewis. Comparten, aun así, implicaciones religiosas y el aire fantástico que impregna todas las novelas del escritor británico. 

Roverandom 

Cuento infantil que J.R.R. Tolkien escribió para sus hijos. El autor de El Señor de los Anillos, saga principal de fantasía de nuestra era, narra la historia de un perrito llamado Rover al que un mago convierte en juguete. Las aventuras del cachorro lo llevan a la Luna y al fondo del mar. Hay hechiceros, fantasía y lugares lejanos, pero ahí se acaban las semejanzas entre esta narración para niños y el vasto universo de la Tierra Media. 

La esfinge de los hielos 

Aunque Julio Verne es mayormente conocido por sus obras fantásticas, como Viaje al centro de la Tierra y Veinte mil leguas de viaje submarino, también es responsable de la creación de otras novelas menores –en fama, no en calidad-. Entre ellas figura esta obra, en la que el autor francés imagina una brillante continuación para Las aventuras de Arthur Gordon Pym, la única novela escrita por el maestro Edgar Allan Poe. 

Torres de Malory 

No alcanzan la fama de Los Cinco, el entrañable grupo de jóvenes aventureros que llenó las tardes de nuestra niñez, pero de la imaginación de Enid Blyton surgieron otras sagas infantiles de igual calidad. Una de ellas es Los Siete Secretos, la segunda más conocida. Entre aquellas que quedaron algo olvidadas figura esta, que transcurre en un internado femenino y cuenta las aventuras de la joven Darrell Rivers a lo largo de seis cursos escolares.