El pasado 2019, la revista divulgativa
Muy Interesante publicó un artículo titulado 'Escribir una obra bajo un pseudónimo masculino hace que sea 8 veces más publicable'. Tan increíble como cierto. Tan duro como
desmotivador. Tan sexista como la vida misma. A continuación, os
relatamos el caso de cinco ejemplos que quizás fueron conscientes de
esta desigualdad y quisieron conseguir su gloria escrita aunque
tuvieran que esconder su verdadera naturaleza.
Fuente: Wikipedia |
Fernán Caballero. Que no era
tal. Cecilia Böhl de Faber y Ruiz de Larrea era la mujer que se
escondía tras este seudónimo. Una mujer de firmes creencias
tradicionales y cristianas cómo así se dejó ver en sus obras,
llenas de costumbrismo moralista con cierto deje doctrinario. Tomó
su nombre de una localidad de la provincia de Ciudad Real, tal y como
ella misma contaba: «Gustóme ese nombre por su sabor antiguo y
caballeresco, y sin titubear un momento lo envié a Madrid, trocando
para el público, modestas faldas de Cecilia por los castizos
calzones de Fernán Caballero».
Fuente: Wikipedia |
J. K. Rowling. Habéis leído
bien. Para empezar, el uso de iniciales en su nombre real ya era
significativo. Sólo se conoce su apellido y las mentes (lectoras o
no) siguen teniendo pensamientos de lecturas masculinas. La sociedad
sigue siendo así de simple. Pero lo mejor llegó cuando hace unos
años publicó la novela negra El canto del cuco firmando como
Robert Galbraith. ¿Quería engañar al público? En absoluto.
¿Quería que la tomaran en serio? Totalmente. Este seudónimo le ha
servido para desconectar de su pasado HarryPottero y además
dejar que se hable de su obra sin el peso que para muchos lleva el
haber escrito una saga fantástica y juvenil.
Fuente: El País |
Las hermanas Brönte. Así, en
grupo. Anne, Charlotte y Emily publicaron sus primeras obras bajo
seudónimo masculino. Sus poemas y novelas se creían escritas por
burgueses ingleses de la época y la atención que no recibieron con
sus verdaderos onomásticos sí fue lograda bajo los nombres de Acton
Bell, Currer Bell y Ellis Bell, respectivamente. La crítica fue
unánime: las obras de estos tres escritores fantasmas destacaban por
su originalidad y su visión narrativa. Sin embargo, con sus nombres
reales sólo Jane Eyre obtuvo el lugar que le correspondía en
cuanto fue publicada. Los males de ser mujer en el siglo XIX
(¿sólo?).
Fuente: Exomundos |
James Tiptree, Jr. O quizás
deberíamos decir Racoona Sheldon. Bueno, no. Mejor llamarla Alice
Bradley Sheldon. Su verdadero nombre. Esta escritora estadounidense
se ocultó bajo el seudónimo masculino desde 1967 hasta su
fallecimiento en 1987. Sus relatos y novelas dedicados a la ciencia
ficción fueron escritos bajo un nombre usual y la marca de una
mermelada de la época. Una decisión tomada para pasar desapercibida
y camuflarse entre la masa. Parecer un hombre más escribiendo sobre
sci-fi. La verdad fue descubierta en 1976, tras la muerte de su madre
y las pesquisas realizadas por sus seguidores, quienes se carteaban
con la autora tras las lecturas de sus obras. El fenómeno fan hasta
el final de sus consecuencias.
P. L. Travers. ¿Cuántos pueden
decir que han visto la versión cinematográfica de Mary Poppins?
Miles de millones. ¿Cuántos lectores? La cifra aumenta
considerablemente. Y sí preguntamos el nombre de su autora, los
silencios pueden resultar incómodos. Igual que vimos con la creadora
del mago cicatrizado más famoso, Travers escondío bajo sus
iniciales su naturaleza femenina. La escritora australiana Pamela
Lyndon Travers usó sus iniciales de manera consciente como método
de defensa. Si bien no debe contabilizarse como un seudónimo
masculino sí que jugó con la dualidad de las iniciales para evitar
el rechazo de las editoriales y las lecturas capciosas de sus
coetáneos.
P. L. Travers |
¡Hola!
ResponderEliminarMe da mucha rabia ver que hay tantas mujeres en la lista y pensar que hay muchas más, es increíblemente atroz el menosprecio que siempre hemos tenido. También hay otras que tuvieron que publicar en anónimo, como Mary Shelley, aunque obviamente asumían que era escrito por un hombre.
Muy buena entrada, besos☕❤
Muy interesante la entrada, la mayoría ya conocia la historia jejej
ResponderEliminarbesotes
¡Hola de nuevo!
ResponderEliminar*A Mari le revienta una vena con el titular de la revista*. Es muy injusto y descorazonador que estando en la época que estamos y después de tantos años de reivindicaciones y luchas feministas, sigamos encontrando noticias de este tipo y que, además, sea una realidad. El artículo, por cierto, me ha gustado mucho, así que gracias por incluirlo ^^
Sigo con el tema (perdonadme la chapa xD). Que las autoras tuvieran que recurrir a esto antiguamente porque en su época no había forma de que las tomaran en serio, todavía lo veo hasta razonable (aunque igual de vergonzoso por parte de los señoro) porque, al fin y al cabo, era su forma de conseguir lo que querían y hasta se puede considerar como rebeldía por no limitarse a cumplir con "el papel de mujer". Así que las aplaudo. Pero que ahora se haga solo por las ventas... Venga ya.
Poquito más que añadir ^^ Una entrada muy, pero que muy buena y necesaria ;)
¡Un besazo enorme!
Hola. Gracias por estas clases de literatura, la verdad que sabía de Fernán Caballero y de J. K. Rowling pero el resto no lo sabía o no lo recordaba. Genial.
ResponderEliminarBesos y felices lecturas.
Hola,
ResponderEliminarUna entrada muy interesante, pues aunque conocía alguno de ellas otras me ha sorprendido.
Besos desde Promesas de Amor, nos leemos.
Interesante artículo, aunque nos hable de una verdad tan lamentable como esta. Curiosamente estoy leyendo un poemario de una autora española que en cierto modo me recuerda a todas estas mujeres de las que nos has hablado. En su prólogo habla de cómo fue rechazada en el colegio por profesora y compañeros cuando durante una de las clases estaban hablando de qué quería ser cada uno en el futuro y ella comentó en voz alta su deseo de ser escritora. Y precisamene su poemario va en esa línea de todas las mujeres que vivieron en el anonimato, el secretismo u ocultas bajo un pseudónimo masculino. Por si sientes curiosidad te diré que se titula: "Anónimo soy yo" y es un recopilatorio de poemas de escritoras como: Sor Juana Inés de la Cruz, Margarita Hickey, Alfonisa Storni...
ResponderEliminarEn fin, perdón por la chapa, pero es que me ha chocado la coincidencia.
Nos leemos. Un abrazo.
#devuelvocomentarios
Hola, me gusto mucho este post, estas mujeres son totalmente dignas de admirar, muy bonita entrada, saludos desde kiwybooks!
ResponderEliminar¡Hola! Había algunos pseudónimos que sí que conocía, pero otros no y ha sido interesante :) Qué rabia que las mujeres tengan que escribir bajo un nombre masculino para ser tomadas en serio y, lo peor, que esa tendencia siga hoy en día. ¡Muchas gracias por la entrada! Un saludo!
ResponderEliminar¡Hola! Una entrada verdaderamente interesante. Creo que en pocas ocasiones nos paramos a pensar en lo verdaderamente común que era este tipo de práctica, sobre todo hace años. De lo de Fernán Caballero no tenía ni idea, aunque tampoco puedo decir que me sorprenda.
ResponderEliminar¡Nos leemos!
¡Hola!
ResponderEliminarPues que usen pseudónimos solo conocía a las hermanas Brönte y a Rowling. La verdad que no estoy muy puesta ^^". Muchas gracias por esta información, me ha servido de mucho y para cotillear jeje. Y sí, es una pena e indignante que las mujeres se hayan tenido que esconder :(.
Un beso.
Hola C. Pazos!! Es increíble la cantidad de mujeres que escriben bajo pseudónimos de hombre, sobre todo, en según qué géneros.¡Estupenda entrada! Besos!!
ResponderEliminar¡Hola, C. Pazos! ^^
ResponderEliminar¿Qué tal todo, bonita? :) Espero que genial ^^ Como siempre, nos traes una entrada muy interesante *.* Es horrible los estragos que hace el sexismo de mierda. Es lamentable. Y vergonzoso. Lo más triste del tema es que autoras actuales también tengan que hacerlo. Sólo demuestra que, en realidad, hemos avanzado entre nada y absolutamente nada. Qué bonito, ¿eh?
Me hace mucha gracia que para que te tomen en serio tengas que ser un hombre. ¿Sentido? ¿Eso se come? En fin. Ya no hablemos del hecho de que la literatura "seria" - a saber qué mierda significa eso - "la escriban ellos". Hum. Encantador.
Ojalá algún día toda esta mierda acabe y dé igual quién escriba qué. Sería lo justo. Ay, la ilusión, qué cosa más bonita.
Por cierto, no conocí a Alice Bradley Shedlon, pero como este año me había propuesto salir de mi zona de confort buscaré algo suyo para re-animarme con la ccff :)
Nunca he leído Mary Poppins. Lo sé, lo sé, maaaal. De hecho, la película sólo me suena >.< Tengo que ponerle remedio ya de ya jajajajaja
Nada, bonita, como siempre un placerazo leerte ^^
¡Un besazo muy pero que MUY grande y que pases un maravilloso fin de semana, guapísima! ^^