Desayuno en Tiffany’s. Truman Capote

Ficha técnica

Título: Desayuno en Tiffany’s

Autor: Truman Capote

Número de páginas: 158

Año de publicación: 2002 (original de 1958)

ISBN: 8-423793-992833

Sinopsis

Holly Golightly es la inquilina más intrigante del edificio de arenisca que hay en la Setenta Este. Posee un gato, una guitarra y un encanto peculiar que le granjea la admiración de toda una legión de pretendientes. Al piso de arriba se traslada nuestro protagonista, un joven aprendiz de escritor que se hace compañero inseparable de Holly y es testigo de sus luces y sombras. La encantadora señorita Golightly es, más allá de sus fiestas y sus viajes al tocador, una criatura desconcertante que solo parece sentirse en casa en un lugar: Tiffany’s

Acerca del autor

Cuenta Eduardo Mendicutti en el prólogo de esta edición que el brillante y provocador Truman Capote, adalid de lo cosmopolita y habitual de los círculos más sofisticados del Nueva York de mediados de siglo, se crió en un rincón perdido de la Alabama rural junto a tres solteronas parientes de su madre, que engañó al padre de Truman ‘29 veces’. Fue del segundo marido de ella, un empresario de origen español, de quien el niño tomó su apellido. Escritor magistral, autor de obras maestras como El arpa de hierba y A sangre fría, afamado periodista y articulista, hombre atormentado y demasiado amante de la bebida, Truman Capote murió en Bel Air a los 59 años de cáncer de hígado.

Reseña

Leí Desayuno en Tiffany’s muchos años después de ver Desayuno con diamantes, la magnífica versión cinematográfica que rodó Blake Edwards en 1961 y que convirtió a Audrey Hepburn en un icono. Me ha sorprendido ver que la Holly Golightly de Audrey, dulce, ingenua, sencilla y sofisticada al mismo tiempo, dista bastante de la Holly original de Truman, que aunque conserva su encanto y sus extravagancias, es infinitamente más oscura y sórdida.

La historia de Holly es la de una chica perdida de la América rural que huye a la gran ciudad para construirse una identidad de luces y apariencia. Su vida, aparentemente ociosa, se sustenta en lo que el libro describe como ‘viajes al tocador’ por los que los caballeros le dan unos dólares, un eufemismo que hace referencia a la prostitución. Aunque la novela no lo aborda abiertamente -y la película menos, con una Holly pícara pero casi virginal-, la temática sexual sí que está muy presente: Holly hace comentarios sexuales explícitos, dice tacos y mantiene relaciones con varios hombres muy abiertamente.

Holly tiene mucho del propio Truman. Ambos se criaron en un entorno pobre y rural, muy alejado de los círculos sociales de lujo y ostentación que acaban frecuentando (Holly en menor medida que Truman). Los dos niños, procedentes de familias desestructuradas, acaban transformándose en adultos hechos a sí mismos, con nuevos nombres, nuevas personalidades y un carácter jocoso, provocador y, a pesar de sus esfuerzos por disimularlo, algo tormentoso.

La novela muestra esas dos caras. La Holly alocada y libre contrasta con la niña apocada y superviviente que fue, versión que se nos muestra a través del inolvidable Doc Golightly, personaje secundario que sirve de unión entre el pasado y el presente de Holly. Hay otros personajes que refuerzan su historia -y la del narrador, que no es protagonista, sino un mero espectador de las alegrías y tragedias de Holly-: Joe Bell, propietario de un bar, cuya amistad con el narrador tiene su único punto de encuentro en el amor que ambos profesan a Holly; Mag, compañera de correrías, amiga y enemiga según el momento; Rusty Trawler, heredero infantil y despreocupado, la encarnación del mundo al que aspira a pertenecer Holly… Y Doc Golightly, único personaje de la novela que tiene más que ver con la niña desvalida que fue que con la joven excéntrica que es ahora.

Es, en definitiva, una historia bonita pero triste, llena de luces y sombras, que parece narrar la vida de una mujer naíf y superficial, pero que en realidad muestra sus alegrías y sus penas, sus anhelos y sus sueños rotos, sus amores, sus desventuras y su lugar feliz: la emblemática joyería Tiffany’s.

A menudo, Desayuno en Tiffany’s se publica junto a otros relatos de Truman Capote. En esta edición figuran Una casa de flores, Una guitarra de diamantes y Un recuerdo navideño. Este último, sobre un niño y su amistad con una mujer muy mayor, me ha gustado tanto como la novela principal. Aun así, no llegan al nivel de A sangre fría, que es, para mí, su obra maestra.

Lo mejor: La frescura de Holly, su descaro y brillantez, las similitudes entre ella y Truman, que no se aprecian en la dulce protagonista de la película.

Lo peor: Yo no puedo elegir entre la Holly de Truman y la de Audrey, pero él nunca aprobó la versión de Blake Edwards. Me rompe un poquito el corazón que no le gustase Moon River.

Deberías leerlo si como yo, solo conocías la cara edulcorada y dulce la Holly cinematográfica.