Cinco hogares literarios en los que quedarse a vivir

Seguro que más de una vez os habéis quedado pegados a la pantalla viendo programas americanos de reforma y venta de casas. Y seguro que –con mucha más asiduidad- no habéis podido levantar los ojos de un libro hasta que la palabra fin os ha señalado que ya se había hecho de día. Así que, como una suerte de Marie Kondo que ya os ha matriculado en los mejores institutos literarios, hoy combino ambas pasiones organizando un tour por cinco hogares salidos de las páginas de un libro. ¿Con cuál os quedáis? 

1. Tara Road, 16 

En el corazón de Dublín se encuentra Tara Road, una calle ficticia llena de antiguas mansiones victorianas de ensueño. En el número 16 vive Ria con su marido, Danny, y sus dos hijos. Biblioteca, estudio, un sinfín de habitaciones, antigüedades, jardines y una cocina que es el corazón del hogar que ambos han construido a lo largo de los años. El mismo que será testigo de altibajos, peleas, reconciliaciones y cambios inesperados que pondrán su vida patas arriba. Lo cuenta Maeve Binchy en Tara Road. 

2. La casa del reloj en la pared 

Cuando los padres de Lewis fallecen, su excéntrico y alocado tío Jonathan lo acoge en su mansión. Afortunadamente para él, no dormirá en el hueco de debajo de la escalera, sino en una enorme habitación plagada de estatuas que cobran vida, pinturas que se mueven y muebles a los que nadie les dice lo que tienen que hacer. Sin embargo, no todo es tan divertido como parece: en la casa hay escondido un reloj que recorre las paredes y su cuerda no parece acabarse nunca... Puedes leer más en la novela homónima de John Bellairs. 

3. Hill House 

En algún lugar de Estados Unidos se levanta Hill House, una antigua y destartalada mansión rodeada de colinas. Allí va a parar el investigador John Montague, experto en fenómenos sobrenaturales, decidido a comprobar si alguna fuerza maligna habita en el interior de la casa. Le acompañan Theodora, Luke y Eleanor, que parece tener una conexión especial con Hill House. Puertas cerradas, sótanos, escaleras de caracol y habitaciones que parecen no estar ahí albergan un oscuro secreto. Escribe sobre ello Shirley Jackson en La maldición de Hill House. 

4. Manderley 

El señor De Winter ha vuelto a casarse tras la muerte de su esposa. Su nueva mujer pronto se instala en Manderley, una mansión oscura y señorial que se alza sobre la costa de Cornish. Allí se enfrentará a la primera esposa, Rebeca, cuyo recuerdo la oprime y ahoga. La casa es un laberinto de habitaciones silenciosas y sirvientes hostiles que vive en el pasado y no va a ponerle las cosas fáciles a la segunda señora De Winter, que por no tener no tiene ni nombre. ‘Anoche soñé que volvía a Manderley...’ así empieza Rebeca, de Daphne de Maurier. 

5. La mansión Gatsby 

El misterioso millonario Jay Gatsby es el propietario de una mansión en la inexistente ciudad de West Egg, en Long Island. Sus interminables y opulentas fiestas son la comidilla de la población de la zona, fascinada por su fama y su presencia esquiva. ¿Quién es el gran Gatsby, dueño de la maravillosa casa del embarcadero? Pero Jay solo tiene ojos para Daisy, un antiguo amor que vive al otro lado del mar... Lee más en El Gran Gatsby, de F. Scott Fitzgerald.