Cuando me enteré de que
el libro Yo antes de ti iba a ser
llevado a la gran pantalla, tuve sentimientos encontrados. Por una parte, me
hacía muchísima ilusión que plasmaran en imágenes una historia que me había cautivado;
por otra, me daba miedo el tipo de adaptación que realizaran. Ya se sabe que
cuando un libro cala hondo en alguien y se convierte en algo especial, a no ser
que la adaptación sea bastante fiel y se mantenga la esencia de la novela,
suele convertirse en un estrepitoso fracaso y recibir duras críticas.
Ahora bien, cuando vi
el trailer no pude evitar emocionarme con Lou y Will. Sin duda, el alma de la
novela se reflejaba en él, y eso acrecentó mis ganas de ver la película. Sin
embargo, y aunque tanto Sam Claflin como Emilia Clarke han sabido captar a la
perfección a los personajes e interpretarlos de forma adecuada, hay muchas
cosas que se han quedado en el tintero.
Es cierto que las
frases más icónicas de la novela, así como los momentos más relevantes aparecen
en la misma. No obstante, lo que hace que Yo
antes de ti sea un libro especial son las distintas vivencias de Will y Lou,
el humor ácido del primero y la dulzura de la segunda. La novela está llena de
pequeños momentos, de sutilezas, y algunas de ellas se han perdido en la
adaptación a la gran pantalla.
Es indudable que Yo antes de ti hará las delicias de los
fans, ya que llega a emocionarnos y no nos deja indiferentes. Además, la
fotografía, los escenarios, la música... etc. son una auténtica delicia para
los sentidos, pero ello no evita que el libro sea muy superior a su adaptación.
Por lo tanto, si me
permitís un consejo, si habéis descubierto a Lou y Will en el cine no dejéis de
leer el libro de Jojo Moyes. Son dos ligas completamente diferentes.
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