El
viernes 28 de abril tuvo lugar la presentación de “La flor de fuego” (Nocturna Ediciones), de Alba Quintas Garciandia,
en la Casa del Libro de la Gran Vía madrileña. Presentada por su compañera de
editorial y amiga, Iria G. Parente, se entabló una interesante conversación sobre
el arduo proceso creativo que ha supuesto esta novela y lo arriesgado de la
misma, teniendo en cuenta la temática y los tiempos que corren.
Para quienes no conozcan
a Alba Quintas, he de señalar que es una joven escritora madrileña de 23 años
que ya ganó el prestigioso premio Jordi Sierra i Fabra en 2012 con su obra “Al otro lado de la pantalla”. Dos años
después publicaba “Globe” y al año
siguiente (2015) “La chica del león negro”
(Premio Extraordinario La Caixa/Plataforma).
Durante el diálogo con
Iria, y con el resto de lectores presentes en el acto, Alba señaló que esta
obra ha sido la que más tiempo le ha llevado terminar y la que más le ha
costado escribir. Normalmente, finaliza sus obras en un breve periodo de tiempo
y, tras ello, las manda a concursos y se olvida de ellas. Es una escritora a la
que no le gusta la revisión y, como bien señaló Iria, eso no le ha impedido
llegar lejos. Por lo tanto, como podéis imaginar, nos encontramos ante una gran
escritora de la que, sin lugar a duda, se va a hablar mucho en los próximos
años (si bien ya se ha venido haciendo a lo largo de todo este tiempo).
“La
flor de fuego” es un libro complejo que trata sobre el
tiroteo que se produjo en el instituto de Columbine. Sin embargo, Alba no partió
de esta premisa para generar su historia. La inspiración le llegó dando una
charla en un instituto, cuando se generó el debate sobre la violencia en las
aulas, y a raíz de documentarse para ello fue cuando vio que Columbine encajaba
a la perfección con su idea, tanto por la cantidad de información disponible en
internet sobre la masacre como por el impacto que produjo en ella la película “Elephant”.
Ahora bien, mientras
escribía esta historia no estaba pasando por su mejor momento. De hecho, el
primer borrador tenía unas 80 páginas que son las que se corresponden con la
primera parte de la actual novela. Tras un año y medio guardada en el cajón,
volvió a enfrentarse a ella y el resultado es el que tenemos ahora mismo en
nuestras manos.
Lo interesante de la
misma es que narra la historia de John, y que la historia de John es la
historia de Columbine y no a la inversa. Alba se preguntó qué pasaría si un
chico se dedicara a ir detrás de los asesinos en vez de huir. Y John es la
persona escogida, un protagonista hipersensible, cobarde y leal con la
sensibilidad necesaria para adentrarse en dicho escenario. (...) No es ético hacer de
los asesinos los protagonistas y, además, es muy difícil meterse en su cabeza,
tal y como señaló la propia autora con estas mismas palabras.
Otro aspecto destacable
de la novela es que Alba busca que cada uno de sus personajes encarne un valor,
así como jugar con las expectativas del lector y el anonimato de las distintas
voces que dan cuerpo a la obra. Por eso la primera parte, la del tiroteo, es
más caótica y la segunda explica cómo se ha llegado a esa situación.
Sin lugar a duda, Alba
disfruta escribiendo realismo y, tal y como ella remarcó, a fecha de hoy este
se ha convertido en su libro favorito. Nosotr@s ya hemos comenzado a leerlo y
solamente podemos decir que no dejará indiferente a nadie. Es una apuesta
diferente, valiente y arriesgada que va a dar mucho de qué hablar.
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