Diez negritos. Agatha Christie

‘Un negrito se encontraba solo.

Y se ahorcó, y no quedó ¡ninguno!’

Ficha técnica

Título: Diez negritos

Autora: Agatha Christie

Número de páginas: 236

Año de publicación: 2022 (original de 1939)

ISBN: 978-84-1109-068-1

Sinopsis

Diez desconocidos llegan a pasar el fin de semana a la Isla del Negro, un misterioso peñón que ha sido objeto de especulación en la prensa en las últimas semanas. Su anfitrión, un extraño a quien nadie ha visto antes, no aparece por ninguna parte. Mientras los visitantes intentan aclarar la confusión y descubren que han sido atraídos a la isla con mensajes y propósitos falsos, una voz resuena en la mansión en la que se alojan. Acusa a cada invitado de haber cometido un crimen cuyo castigo ha escapado a la justicia. Pronto, el escepticismo y la reserva con la que reciben la acusación dan paso al pánico y al instinto de supervivencia más primitivo cuando, uno a uno, comienzan a morir siguiendo la siniestra letra de una canción infantil. ¿Quién es el asesino, si están solos en la isla?

Acerca de la autora

La gran dama británica del misterio no necesita presentación alguna. ‘Madre’ de Hércules Poirot y Miss Marple, dos de los detectives literarios más importantes del siglo XX y herederos del pensamiento analítico de Sherlock Holmes, sus obras alcanzaron enseguida una gran fama por su capacidad magistral a la hora de resolver tramas enrevesadas y ocultar a plena vista la identidad del asesino hasta el último momento. La escritura no fue su única pasión: la arqueología y los viajes también jugaron un papel importante en su vida, llevándola a conocer al reputado arqueólogo Max Mallowan, que fue su segundo marido. Las aventuras vividas a su lado fueron recogidas en la obra Ven y dime cómo vives.

Reseña

Diez negritos es, con permiso de Asesinato en el Orient Express y Muerte en el Nilo, la novela más conocida de Agatha Christie y de la que ella se sentía más orgullosa. Ya en su momento dejó escrito que, a pesar de que el libro recibió muy buenas críticas, nadie quedó más satisfecho con la historia que ella misma, pues sabía mejor que nadie la extrema dificultad que entrañaba un argumento en el que diez personas debían morir sin que acabase resultando ridículo.

El planteamiento es en apariencia sencillo, pero muy difícil de resolver. Diez desconocidos coinciden en una isla en la que no hay nadie más y, como castigo a crímenes que cometieron y quedaron impunes, son asesinados uno a uno, estrechando el círculo cada vez más en torno a la identidad del asesino. El toque macabro lo pone una vieja canción infantil, del mismo nombre que la novela, que va narrando la muerte de diez negritos hasta que no queda ninguno. El verdugo reproduce fielmente las muertes de la cancioncilla, que aparece enmarcada en todas las habitaciones de la mansión en la que se alojan. Además, en el centro de la mesa del comedor hay diez estatuillas, cuyo número va descendiendo según los protagonistas son asesinados.

Los diez personajes son uno de los grandes valores de la novela. Cada uno procede de un estamento social y económico distinto, se comportan de forma diferente, desarrollan estrategias antagónicas y reaccionan ante la muerte en desigual medida: la aceptan, se rebelan violentamente, se alían con otros y traicionan esas mismas alianzas… Son una pareja de sirvientes, un juez, un general retirado, un antiguo policía, una profesora, un capitán, una vieja solterona, un médico y un joven adinerado. Lo único que tienen en común es que todos son culpables de haber quitado una vida y no han sido castigados por ello. Si el asesino no está en la lista, tiene que ser un miembro del grupo, pero ¿quién?

Sin entrar en detalles para no desvelar el final (que yo no vi venir hasta el último momento), es verdad que la importancia de los personajes radica en el lugar que ocupan en la cadena de muertes. Los que son asesinados antes no terminan de desarrollarse y no pueden tener una evolución psicológica. Los que más interés despiertan son el médico, la joven profesora, la solterona, el juez, el capitán y el policía, por el recorrido de sus crímenes anteriores y su forma de enfrentarse a la situación de extremo peligro en la que se encuentran.

Agatha Christie nunca da puntada sin hilo, y Diez negritos no es una excepción. Cada pequeño detalle tiene un lugar en la trama: un objeto que desaparece, un dato que parece superfluo, una expresión extraña que pasa desapercibida… Todos los detalles están pensados para reforzar la resolución final de la autora o para mostrar alguna hipótesis errónea que pueda confundir al lector. Además, la pluma clara y sencilla de Christie ayuda a plantear con claridad una historia con tantos protagonistas y elementos que de otro modo resultaría algo farragosa.

Es, en definitiva, un ejemplo superlativo de lo que es la literatura de Agatha Christie, una novela redonda que llama al engaño y deja al lector en la oscuridad para luego dirigirlo con facilidad hacia un desenlace limpio, claro y que no deja lugar a dudas. Tal vez no sea la solución más detallada, construida y enrevesada a la que se haya enfrentado el lector habitual de las novelas de Christie, pero sí es la más ingeniosa. Recordemos que, a diferencia de Asesinato en el Orient Express, por ejemplo, aquí se pierden elementos como la intervención externa, la labor del detective o la posibilidad de un escenario abierto: son, sencillamente, diez personas que van muriendo por orden en una isla desierta. De verdad que me quito el sombrero ante Agatha Christie.

Como curiosidad, me gustaría mencionar que la canción empleada en la novela es real y data de mediados del siglo XX. Hay una versión similar protagonizada por diez indios, pero la evolución del pensamiento contemporáneo ha llevado la canción a diversas adaptaciones con connotaciones menos racistas. La propia Agatha aprobó un cambio de título a la obra, que originalmente era Ten little niggers y pasó a titularse And then there were none, siguiendo el último verso de la cancioncilla… ‘Y no quedó ninguno’.

Lo mejor: El asesinato del décimo negrito y su paralelismo con el crimen cometido por él mismo años atrás.

Lo peor: Las primeras muertes no tardan en sucederse y, aunque necesarias, dejan pronto fuera de juego a personajes tan interesantes como el primer negrito, que habría sido una buena aportación al desarrollo posterior de la trama.

Deberías leerlo si te apasionan las tramas sencillas pero engañosas, aparentemente irresolubles.