Eso es. ¿Quién fue Elena Soriano?
Como aún sigue siendo habitual, el papel de las mujeres en la
cultura (y la ciencia y cualquier otra disciplina que venga a tu
mente, lector) sigue necesitando de investigadores y medios desde los
que dar difusión al periplo que estas figuras realizaron en vida.
Dar la justa (y necesaria) importancia a esas precursoras que
pusieron toda su energía en recibir un trato igualitario. Es el caso
de Elena Soriano.
Elena Soriano nació en la madrileña
localidad de Fuentidueña de Tajo el 4 de febrero de 1917, aunque
durante su niñez se sintió tan castellana como andaluza debido a su
estancia en la tierra de sus padres. Su interés por la literatura
fue precoz y desde los catorce años ya publicaba en revistas
amateurs. Concluyó sus estudios de Magisterio, pero tuvo que
interrumpir los dedicados a Filosofía y Letras debido al estallido
de la Guerra Civil. Tras ella, se casa con Juan José Arnedo Sánchez
y se produce uno de los acontecimientos que marcará su devenir
literario posterior: es vetada en el concurso público de las
oposiciones de auxiliar de biblioteca al ser clasificada como roja
pese a contar con la mayor calificación de los presentados. Tras
ello, tendrá dos hijos y vivirá en un largo exilio interior. Su
vida literaria no comenzará hasta 1951 en una historia de amor/odio
que solo terminará con su fallecimiento en Madrid el 2 de diciembre
de 1996.
Actualmente, el término progresista
aparece bajo una pátina peyorativa y, sin embargo, hasta hace unos
años su significado se ceñía exclusivamente a su significado
original. Aquel que trasgrede por medio de una visión general o
focalizada basada en unas ideas más modernas y actuales. Y quizás
este sea un correcto adjetivo para definir la obra de Elena Soriano,
tanto en sus publicaciones periódicas como en sus libros. Una
literatura feminista que trató temas tabú relacionados con la
maternidad, el sexo y las relaciones conyugales desde un punto de
vista real: el de la mujer. Es el caso de la trilogía Mujer y Hombre
(1955), formada por las novelas Medea 55, Espejismos y La playa de
los locos (esta última tuvo prohibida su venta y circulación por la
censura hasta treinta años después de su publicación). Además, su
trabajo como articulista alcanzó su zenit en 1969, año en el que
creó, dirigió (e incluso financió) El Urogallo. Esta revista de
carácter cultural tenía una periodicidad bimensual y se mantuvo
activa hasta 1976, contando con apariciones estelares de nombres como
Rafael Alberti, Jorge Guillén o Francisco Umbral.
Elena Soriano fue una mujer de su
tiempo que, a pesar de ser eclipsada por el colapso de la Guerra
Civil, demostró que era más fuerte que los impedimentos externos.
Su pensamiento abierto, progesista y feminista, quiso colocar a la
mujer (y madre) en su lugar correspondiente, aportando a la cultura
del siglo XX la creación de una de las revistas independientes más
interesantes del momento.
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