martes, 12 de noviembre de 2019

La manzana mordida. Alejandra Pizarnik

En España, desde donde se escribe este literario blog, tenemos muchas virtudes. Y muchos defectos. Uno de ellos consiste en renegar de aquellas naciones, países y culturas vecinas. Véase Portugal. Véase Latinoamérica. Quizás por ello, ya iba siendo hora de que La manzana mordida rindiera homenaje a una escritora como la malograda Alejandra Pizarnik

Fuente: Wikipedia

Flora Alejandra Pizarnik nació un 29 de abril de 1936 en Avellaneda, Argentina. Una infancia que no fue tan alegre como la que una niña debería de vivir: tal y como se verá en su posterior obra, las comparaciones con su hermana eran frecuentes por parte de su madre. Y, además, siempre se sintió una extranjera en su propio país debido al origen ruso de su familia. Unos problemas que irían minando su moral poco a poco, acuciados por el asma, el sobrepeso, el acné y la tartamudez. Ni edad del pavo ni visiones idealizadas: la adolescencia de Alejandra Pizarnik era rasgada y angustiosa. Las primeras obras de Alejandra Bluma (su apodo) se dejarían llevar por la sentida metafísica de sentirse un patito feo entre propios y extraños. Alejandra pronto desecharía su apodo de niñez y desataría los lazos que la unían a su familia. Era el momento de volar (metafóricamente) fuera del nido: su personalidad perturbadora y la discordia pronto hicieron que sintiera una especial devoción por el existencialismo, Baudelaire, Rilke y el surrealismo. La poetisa maldita estaba de camino.

Su personalidad fue mutando hacia una persona rebelde (con y sin causa), excéntrica y estrafalaria que buscaba esa atención que le había faltado desde sus años más tiernos. Alejandra Pizarnik estaba lejos del ideal estudiantil, tanto en el bachillerato como durante sus estudios en la Universidad de Buenos Aires, pero se aproximaba a sus mejores (breves e intensos) años como escritora. Inquieta y mutable, sólo veía con claridad un futuro bajo la mirada de la literatura. Será entonces cuando acuda a la cátedra de Literatura Moderna de Juan Jacobo Bajarlía, quien le presentará a su primer editor, Arturo Cuadrado, y a surrealistas como Aldo Pellegrini o Juan Batlle Planas. Sus lecturas se multiplicaban, sus excesos con los fármacos también y sus primeras visitas con el psicoanalista León Ostrov empezaron a presentarse. Una figura tan importante en su vida como para dedicarle uno de sus mejores poemas, 'El despertar'. El inconsciente y las letras se encontrarían durante todos sus textos. Y, como no podía ser de otra manera, ese gusto por el existencialismo y el surrealismo le hizo tomar las maletas en dirección a París en 1960.

Alejandra Pizarnik trabajó como traductora durante los cuatro años de estancia en la capital francesa y, además, aumentó sus lecturas y conocimiento de la literatura gala. Trabajó en la revista Cuadernos para la Libertad de la Cultura y en varias editoriales francesas. Realizó artículos para Zona Franca, La Nación, Sur y tradujo a sus grandes amigos imaginarios como Antonin Artaud o Marguerite Duras. Su personalidad hacía que odiase y amase a partes iguales la soledad, pero también consiguió crear lazos con Rosa Chacel, Octavio Paz (prologuista de su cuarto poemario, Árbol de Diana) y Julio Cortázar. En 1964 volverá a Buenos Aires con la maleta llena de libros y una poesía plena de madurez. Sin embargo, esa seguridad en sus escritos se convirtió en un arma de doble filo: emocionalmente no se encontraba a la misma altura y su entorno aumentó esa representación de enfant terrible. Ello unido a la repentina muerte de su padre en 1967 hicieron que Alejandra Pizarnik cayera en un estado depresivo y obsesivo con la muerte. Un primer intento de suicidio en 1970 no fue suficiente, pero el 25 de septiembre de 1972 ingirió cincuenta pastillas de Seconal durante todo un fin de semana tras conseguir el permiso de salida del hospital psiquiátrico de Buenos Aires en el que se encontraba internada. Alejandra Pizarnik, un alma libre, presa de sus sentimientos y de la literatura. 

Fuente: El Progreso


12 comentarios:

  1. Hola,
    Esta lectura no la veo para mi por lo que prefiero dejarla pasar.
    Besos desde Promesas de Amor, nos leemos.

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    1. ¡Hola, Miss Bridgerton!,
      Siento que la poesía de esta autora no sea para ti.
      Quizás en el futuro :).
      Un besito de tinta y hasta muy pronto :D
      Nos leemos.

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  2. Me gusta como reseñas eres maravillosa
    Tu forma de escribir es clara casi transparente

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    1. ¡Hola, Recomenzar!,
      Nos alegramos de que te haya gustado tanto esta sección, dedicada a grandes mujeres relacionadas con la escritura y la literatura :).
      Mil gracias por tus palabras.
      Un besito de tinta y hasta pronto.
      Nos leemos :D

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  3. she was really interesting and fastinating woman:)

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  4. ¡Hola!
    No conocía a esta escritora :O. La verdad que tuvo muchos logros y me alegro mucho por ella en ese aspecto. Una pena todo lo que le pasó, y que no pudiera gestionar sus emociones :(.
    Un beso.

    PD: Me estoy quedando un poco loca con algunos comentarios xD.

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    1. ¡Hola, Eurus!,
      Nunca es tarde para descubrir a nuevas poetisas ;).
      Desde luego es una verdadera pena que su vida se truncara :(
      Siempre nos quedará su obra <3.
      Un besito de tinta y hasta pronto :D

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  5. ¡Hola, C. Pazos! ^^

    Tengo súper pendiente a Pizarnik. Pero mucho MUCHO. Así que tu entrada me ha venido genial para tener más ganas todavía de leer su obra :)
    Me ha gustado mucho cómo nos has contado su historia. Una harto triste, la verdad. Pobre mujer :( No me preguntes por qué, pero ha habido un momento en que he llegado a acordarme de Silvia Plath.
    No tenía ni idea de que hubiera tenido una vida, hablando en plata, tan jodida. Los momentos de felicidad le llegaron a cuentagotas, vaya. Qué injusto :( No sé cómo serán sus poemas pero, uf, me muero de ganas por hincarles el diente :)
    Una entrada genial :)
    ¡Un besazo muy pero que MUY grande y feliz jueves, guapísima! ^^

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    1. ¡Hola, Carme!,
      Yo he tenido la oportunidad de leer su poesía y, la verdad, es que hay que ir preparad@ porque es tan peculiar y fascinante como su autora.
      Tienes toda la razón en que la vida de Alejandra no fue un camino de rosas. Es una pena que acabará así :(.
      Ya me contarás qué te parece cuando la leas :). Estoy deseando comentarla contigo.
      Un besito de tinta enorme y feliz fin de semana :)

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  6. Hola C. Pazos!! Aunque no creo que esta lectura sea mucho para mí, te agradezco un montón el descubrimiento de esta mujer y de este libro, todo lo que comentas me ha parecido muy interesante. ¡Estupenda reseña y gracias por el descubrimiento! Besos!!

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    1. ¡Hola, Ana!,
      Muchas gracias. Eres más que bienvenida ^^.
      Aunque no sea para ti, nunca es tarde para descubrir a estas grandes mujeres y su obra.
      Un besito de tinta y hasta pronto.
      Nos leemos :D

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