martes, 16 de noviembre de 2021

¿Conoces a… Oriana Fallaci?


Hace ya quince años que nos dejó Oriana Fallaci, animal periodístico, brillante escritora, icono de la incorrección política y polemista nata. Fue la primera mujer italiana que se desempeñó como reportera de guerra, un campo para el que eran vitales su fuerza y su temperamento. La hipérbole que fue su vida tiene su origen en su infancia, cuando su padre, un carpintero que formaba parte de la resistencia antifascista, empezó a emplear a la niña Oriana como correo entre facciones.

Esta rebeldía contra la ocupación nazi, siendo apenas una adolescente, marcaría una vida contestataria y valerosa. Oriana se dedicó en cuerpo y alma al periodismo, profesión que compartía con su tío Bruno y que le condujo a un mundo hasta entonces cerrado a las mujeres: el reportaje de guerra. El primero de los conflictos que cubrió fue el de Vietnam, en el periódico L’Europeo, al que llegó tras ser despedida de otro medio por negarse a escribir un artículo en favor de cierto político. A Vietnam siguieron India, Pakistán, Oriente Medio y Latinoamérica. En México, en 1968, en un enfrentamiento entre estudiantes y militares, Oriana recibió un disparo de bala y fue dada por muerta.

No solo fueron los reportajes bélicos los que la hicieron conocida – y temida-. También lo hicieron los cientos de entrevistas que firmó a lo largo de su vida, todas a importantes personalidades políticas, científicas e intelectuales. Sin arredrarse ante la importancia del entrevistado, y muy lejos de buscar el agrado y la complicidad de quien se sentase frente a ella, Oriana se encargaba de ponerles las cosas difíciles. Conversó con Henry Kissinger, Yaser Arafat, Bobby Kennedy, Indira Gandhi… Su entrevista más conocida, y una de las más difíciles, fue al ayatolá Jomeini, ante quien Oriana se quitó el chador que se le había exigido llevar.

Lo exagerado de su vida fue mucho más allá del aspecto profesional. Sus amores también fueron dignos de ser contados. En 1973 conoció al griego Alekos Panagoulis, recién salido de prisión por un atentado fallido contra la Dictadura de los Coroneles en Grecia. Ambos permanecieron juntos hasta la muerte de él en un extraño accidente de tráfico, coincidente con procesos legales en los que Panagoulis era relevante. Oriana llevó el luto con dos libros: Un hombre (1979), en el que rendía homenaje a su pareja; y Carta a un niño que nunca nació (1975), un recuerdo para el bebé que perdió durante su relación.

Y de nuevo, la hipérbole. Oriana también fue una brillante escritora. Sus obras han vendido más de veinte millones de ejemplares en todo el mundo. Una docena de novelas y ensayos que abordan temáticas muy variadas, desde el lado más humano de su relación y su maternidad fallida hasta su última gran polémica: la lucha contra el fanatismo islamista y su propagación por Europa. De eso trata La fuerza de la razón (2004). Su visión del feminismo queda retratada en El sexo inútil (1961). Su desafío a toda autoridad, incluida la que representan las celebridades, ocupa las páginas de su primera novela, Los siete pecados capitales de Hollywood (1956).

Un abanico de obras de gran variedad en el que también hay cabida para la ficción. Penélope en la guerra (1962), sobre una joven italiana que emigra a Estados Unidos, y Un sombrero lleno de cerezas (2008, póstumo), son los mejores ejemplos. Mi favorito es este último, una carta de amor a Italia y al mundo a través de una saga familiar que se extiende desde el siglo XVIII hasta finales del siglo XIX. Sus protagonistas son mujeres tan fuertes e indómitas como la propia Oriana.

Oriana Fallaci murió en 2006 en Florencia. Volvió, tras una vida entera en Estados Unidos, cuando los médicos le diagnosticaron el cáncer del que nunca pudo recuperarse. Ya enferma, escribió: ‘me desagrada morir, sí, porque la vida es bella, incluso cuando es fea’.



6 comentarios:

  1. Un escrito prufundo sincero Me saco el sombrero para vos

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  2. Hola. No la conocía, y habéis despertado mi curiosidad. Mil gracias.

    Besos y felices lecturas.

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  3. Hola!! Desconocía por completo a esta autora y me ha encantado saber de su trayectoria. ¡Gracias por el descubrimiento! Besos!!

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